
Había una vez un anciano que tenía tres hijos y un gato. El anciano estaba enfermo hasta que llegó un día que se murió.
Pero, por fortuna el padre les había dejado una herencia a cada uno. Al hijo mayor, el molino; al mediano, el viejo asno del granero; y al pequeño, el gato con botas.
El hermano pequeño al ver al gato se preguntó qué haría con él. Se moriría de hambre.
El gato al ver a su amo tan triste le enseñó sus botas. Le dijo: -No se preocupe mi amo, que con mis botas y mi habilidad haré de usted un hombre rico e importante.
El gato se puso sus botas y se fue al bosque en busca de regalos.
Allí en el bosque puso unas cuantas semillas dentro de un saco y en cuanto se acercaron unos pájaros y se metieron dentro; el gato cerró el saco.
El gato con su saco lleno de pájaros, partió rumbo al castillo del rey.
Cuando consiguió entrar en el castillo, le ofreció al rey un regalo ( el saco) de parte de su amo, el Marqués de Carabás.
El rey se puso tan contento que le preguntó al gato si a su amo le gustaría dar un paseo en carruaje con él. El gato le contestó que estaría encantado.
Mientras tanto, el gato se acercó a un castillo donde vivía un gran ogro temido y poderoso. El ogro le preguntó al gato qué buscaba en su castillo. El gato le contestó que quería averiguar si era cierto que tenía poderes. Primero se convirtió en león y luego en ratón. Por lo que el ogro cayó en su trampa, y al convertirse en ratón, el gato se lo comió.
Entonces, el amo del gato consiguió quedarse con el castillo y las tierras del ogro y enamorar a la hija del rey.
¿Cuál es la moraleja del cuento del gato con botas?
La astucia y la perseverancia puede cambiar tu vida a mejor.